jueves, 19 de febrero de 2015

No soy cómplice de la mentira. Abrazo al INDEC, a 8 años de la intervención

Reproducimos el documento que se leyó en el masivo acto, el día 13 de febrero.

El INDEC, final abierto 

Hoy se cumplen 8 años de Intervención en el INDEC. 
Hoy cumplimos 8 años de lucha ininterrumpida. 
Desde el 2007 el INDEC dejó de cumplir con su función social y mutó su razón de ser. Ya no es un Instituto técnico para medir la realidad económica y social del país. Su misión es, desde entonces, manipular la información para adecuarla a las exigencias políticas del relato oficial. 
Causas concomitantes han contribuido a su destrucción. En principio, la creciente precarización que permitió amedrentar y mantener de rehenes a un gran sector de trabajadores a través de un sistema prebendario de premios y castigos. Hoy más del 70% de la planta es no permanente. 
En segundo lugar, la intimidación, la delación y el miedo instrumentados por la patota de UPCN y los barrabrava de Moreno dirigidos por la intervención para asegurar el disciplinamiento y la desmovilización. Hoy permanecen en sus puestos cumpliendo su sucia tarea. 
No menos importante para la instauración de la mentira fue la complicidad silenciosa de parte del funcionariado, más dispuesto a preservar su silla que a velar por la sanidad de las estadísticas y su transparencia. 
Todo esto sucedió dentro de nuestro Instituto. Lejos se está de aquel INDEC, que aún siendo imperfecto, trataba de producir información veraz y oportuna a pesar de las presiones de los sucesivos gobiernos de turno. Hoy todo se volvió una sensación, una opinión. Hemos perdido la brújula. 
Desde la recuperación de la democracia y, considerando la infame década de los 90, nunca un gobierno hizo tanto por beneficiar a consultoras y estudios privados dedicados a confeccionar indicadores de dudosa rigurosidad, que incluso difunde un Sector del Poder Legislativo. 

NUESTRA POSICION SIEMPRE FUE CLARA: llevamos 8 años de coherencia en el reclamo. 
Desde el comienzo de la Intervención nos opusimos a que las estadísticas públicas fueran tergiversadas por cálculo político, aún a costa de una durísima persecución. No hemos sido necios, siempre intentamos abrir canales de negociación, pero aún cuando los hubo, los acuerdos fueron incumplidos y las Actas firmadas, cajoneadas. 
Siempre tuvimos claro que todo el pueblo argentino, y principalmente sus trabajadores, debían conocer lo que estaba sucediendo con los datos difundidos por la intervención del INDEC. 
Porque la primera consecuencia del dibujo del IPC subestimando la inflación fue, y sigue siendo, el deterioro del salario y de las condiciones de vida de toda la clase trabajadora y de los sectores populares. El piso de aumento salarial que fija el gobierno para la discusión paritaria se basa en una mentira cuya principal consecuencia es la pérdida del poder adquisitivo de los salarios. 
Como aporte de nuestra Comisión Técnica podemos adelantar que nuestro salario de bolsillo a diciembre del 2014 debió ser, como mínimo, de $ 12.200. Esta cifra hubiera garantizado que una familia tipo pudiera adquirir una canasta mínima de bienes y servicios. 
En el mismo sentido, los cálculos de la Comisión Técnica para estimar la pobreza en el primer semestre del 2014, que el INDEC descaradamente esconde, arrojan que el 25,5 % de las personas son pobres. 
Con esta convicción y no sólo para defender nuestra fuente de trabajo, salimos a denunciar con todas nuestras fuerzas y a través de todos los medios a nuestro alcance sus distintos maquillajes, la ingerencia del FMI, la destrucción, en suma, del sistema estadístico nacional. 
Por este motivo, nuestra resistencia, alerta y activa, fue la caja de resonancia de innumerables luchas a lo largo de 96 abrazos. Por aquí pasaron denunciando sus verdades cientos de trabajadores en conflicto de diferentes gremios y agrupaciones. La solidaridad de los trabajadores fortaleció nuestra lucha y permitió construir estos lazos que aquí se evidencian y que no se romperán mientras haya injusticias contra las cuales luchar y compañeros por defender. 
A 8 años de la intervención del INDEC y a 10 meses de terminar el período del actual gobierno, que es el responsable de su destrucción, no existen garantías de que en el 2016 el Instituto sea recuperado y reincorporados a la producción de estadísticas confiables sus trabajadores echados, desplazados, castigados u obligados a renunciar. 
Demandamos, por tanto, que todos los candidatos a las próximas elecciones presidenciales se definan con respecto al Instituto y que no repitan la situación de precariedad, discriminación y violencia laboral a que hemos sido sometidos durante estos años. 
Exigimos a los futuros gobernantes, legisladores y miembros del poder judicial que se indague a fondo lo sucedido en el INDEC y que se someta a los responsables de cada una de las áreas del Instituto a una exhaustiva investigación administrativa. Que el caso del INDEC no se convierta en una muestra más de impunidad. 
Ninguna normalización genuina podrá realizarse al margen de los trabajadores que nos opusimos y nos mantuvimos denunciando la manipulación. Por tanto, es necesario que seamos parte activa y primordial de cualquier normalización del INDEC. Los trabajadores fuimos coherentes en nuestro reclamo, independientemente de los vaivenes políticos, de los cambios de ministros y de funcionarios. Siempre optamos, y lo seguiremos haciendo, por no ser “cómplices de la mentira”. 

FUERA LA INTERVENCION, LA PATOTA Y EL FMI DEL INDEC.